Archivos para 30 November, 1999

Herznpensive

Herzen doliente

Como la primera vez que los leí, los capítulos titulados Un drama familiar, del cuarto volumen de las memorias de Alexánder Herzen,  han vuelto a estremecerme. Buena parte de este volumen ―su vida entre 1848 y 1855― lo consagra Herzen a explicarle al mundo, pero sobre todo a sí mismo, por qué su amantísima esposa se entregó a una sórdida aventura con Georg Herwegh, un poeta alemán, dizque condottiero fracasado (eran años de revoluciones), al que Herzen, con una saña que sólo los cornudos que han descubierto su condición consiguen destilar con tan prístina pureza, despedaza una y otra vez, página tras página, mordisco tras mordisco, vituperio tras vituperio. A fe mía que consigue dibujar un retrato demoledor de su ofensor. Tanta es su vileza, tamaña su iniquidad, su bellaquería, su infamia, su infantil egolatría, azuzada, arropada y encubierta por la de la propia Frau Herwegh, quien no sólo conoce su frenético idilio con Natalia (la mujer de Herzen), sino que lo ampara y estimula (al decir del burlado), que no es posible no tomar partido, compadecerse del pobre marido de tan cruel manera vilipendiado y desearle a Herwegh la más horripilante de las muertes, qué sé yo, por inmersión lenta en una tinaja de sulfúrico, por ejemplo, o  devorado en vida por un ejército de escarabajos de la patata.

Natalia Herzen2

Natalia Herzen

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