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Ovidio

11 marzo, 2018 — Deja un comentario

Publicado en Málaga Hoy el viernes 9 de marzo de 2018.

Los clásicos de verdad.

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Para quien pueda tener dificultad de lectura con la foto del artículo, aquí va el texto:

TEXTO SENTIDO

Sanz Irles. Escritor

@SanzIrles 

OVIDIO

Para diversión a la grande, fantasía desbordada, intensidad poética y un lenguaje de belleza admirable, vayamos a los clásicos grecolatinos. A las intensas emociones estéticas que producen, se añade el íntimo sentimiento de recuperar la comunión con la herencia cultural que nos estaba destinada, pero de la que nos hemos arrancado hasta lo irreparable.

Hace poco escribí sobre Apuleyo y su El asno de oro, también conocido por Las Metamorfosis. Hoy hablaré de las otras Metamorfosis, las de Ovidio, encareciéndoles su lectura.

Nada más empezar nos instalamos en la tradición, pero aun pisando terreno conocido, Ovidio nos sorprende una y otra vez. Cuando, recurriendo a un clásico lugar común, describe las edades de la historia humana, oro, plata, bronce y hierro, sobre la última nos dice gravemente:

…madrastras preparan los pálidos acónitos (o sea, venenos); los hijos preguntan antes de tiempo por los años de su padre.

Terrible verso que me recordó estos otros de Borges:

por Frances Haslam, que pidió perdón a sus hijos
por morir tan despacio

En el poema de Ovidio hallaremos leyendas y fantasías que han llegado hasta nuestro presente, como la de  Licaón, quien cuando el tardío crepúsculo arrastraba la noche, se convirtió en lobo.

apollon_et_daphne

Apolo y Dafne

Todas esas historias llegan envueltas en una poesía que nos apabulla con su belleza. El diluvio universal —featuring Deucalión en el papel de Noé— tuvo su causa en el Noto, furioso viento del sur, que:

…se lanza volando con sus alas humedecidas cubriendo su terrible rostro de negra oscuridad: tiene la barba cargada de nubes, mana agua de sus blancos cabellos, en la frente se asientas nubes y destilan rocío las alas y el pecho…

¡Ah, esa barba nubosa!, barba gravis nimbis. ¿Pero acaso no anticipa Ovidio, en estos otros versos, los miedos actuales por el derretimiento de los casquetes polares?

…y ya no había diferencia alguna entre el mar y la tierra:

todo era mar y al mar incluso faltaban las costas.

Las nefastas consecuencias de tal catástrofe no habrían de tardar:

…fulvos vehit unda leones, es decir: las olas arrastran a los rubios leones.

Las historias que nos cuenta Ovidio nos fascinan; nos dejan, literalmente, boquiabiertos: la tragedia de Filomela, violada por Tereo y convertida en ruiseñor, que T. S. Eliot también  cantó en La tierra baldía. La treta de Júpiter al convertir a su bella amada en una ternera, para protegerla de la cólera de la terrible Juno; la venganza de Cupido (¡qué dioses, aquellos!) contra Apolo, quien lo había afrentado, haciendo que su amor por Dafne no fuera correspondido:

de su saetífera aljaba sacó dos dardos de efectos diferentes:

el uno hace huir al amor, el otro lo produce;

Ya sabemos con qué flecha de su saetífera aljaba hirió Cupido a la huidiza Dafne y con cuál al ardoroso Apolo.

Sabremos, con palabras hechiceras, de la ninfa Eco; del bello Narciso; de Pitón, la terrible serpiente; del ambicioso joven Faetón, que quiso guiar el refulgente carro solar; de pastores trocados en fuentes y piratas que raptaron a Baco y mujeres que se hicieron culebras y de las lágrimas de Biblis, de las que nace un manantial.

No hay límite ni a la fantasía ni al caudal de nuestra tradición literaria ni a la divina hermosura de los versos de Ovidio ni a nuestro placer de lectores deslumbrados y agradecidos.

Ovidio

 

Publicado en Málaga Hoy el viernes 21 de abril de 2017.

Las etimologías de San Isidoro son una lectura prodigiosa para quien no renuncie a cierto candor ante nuestra antigüedad.

(Texto sentido aparece los viernes en el diario Málaga Hoy)

2017_04_21_El lomo y el ombligo

Para quien pueda tener dificultad de lectura con la foto del artículo, aquí va el texto:

TEXTO SENTIDO

Sanz Irles. Escritor

@SanzIrles

EL LOMO Y EL OMBLIGO

Tengo una cuidada edición bilingüe (latín y español) de las Etimologías de San Isidoro, que de vez en cuando hojeo. Es fascinante asomarse desde el sillón de lectura a los conocimientos del siglo VI, o sea, de hace 1500 años. Este libro, además, me lleva a los tiempos visigóticos, que me inquietan e interesan a partes iguales. Leer sobre gentes llamadas Agila o Atanagildo, que gateaban vitalmente entre lo bárbaro y lo romano, me suliveya.

Se adivina en San Isidoro una preocupación que conecta, casi mágicamente, con muchas ideas de  las filosofías de nuestro tiempo: la de penetrar en el significado de las palabras, entendidas como símbolos de las cosas. Creía que si se conoce el nombre de una cosa, se conoce su esencia. Por eso habla mucho de gramática, retórica, dialéctica, palabras y letras.

Las letras son pregoneros de las cosas, imágenes de las palabras, y tan enorme es su poder que, sin necesidad de voz, nos transmiten lo que han dicho personas ausentes.

Ahí lo tienen: un genuino asombro ante la posibilidad de leer, ante el hecho de la lectura. Ese asombro lo lleva a escrutar los átomos de los textos, o sea, las letras mismas:

Pitágoras de Samos, a ejemplo de la vida humana, conformó la Y: el trazo inferior significa la primera edad, aún indefinida y todavía no inclinada ni a los vicios ni a las virtudes; la bifurcación superior se inicia en la adolescencia: el trazo derecho […] conduce a la felicidad; el izquierdo […] desemboca en la ruina.

Hay ecos cabalísticos en esta casi lisérgica interpretación. ¿Pero y la zeta?

Se la llama zeta por derivar de thánatos, esto es, muerte. […] ¡Oh letra zeta, la más desdichada de todas!

A un novelista como yo no podía pasársele por alto una definición de prosa:

Es la exposición continuada y libre de toda ley métrica. […] Otros dicen que prosa deriva de profusa; o que se llama así porque avanza y discurre extensamente, sin que de antemano se haya marcado un límite.

Pero no sólo de lengua y gramática son un pozo sin fondo estas Etimología. Hay de todo: matemáticas, medicina, parentescos, sectas, piedras y metales, guerra, juegos, agricultura, utensilios, ángeles (querubines o plétora de las ciencias, serafines o incandescentes), seres prodigiosos, leyes, milicia, ciudades… ¡Inagotable!

Según la música, buscarás los números […] Supuestos dos extremos —por ejemplo 6 y 12— mira a ver en cuántas unidades del 6 es superado por el 12: te resultan 6. Halla ahora el cuadrado: 6 por 6 dan 36. Al mismo tiempo suma los dos extremos: 6 más 12, son 18. A continuación divide 36 por 18 y obtendrás un cociente de 2…

Y así hasta llegar a explicarnos, muchas operaciones después, la naturaleza íntima de la armonía.

Yo disfruto aprendiendo que los gimnosofistas filosofaban desnudos en las sombrías soledades de la India (nudi per opacas Indiae); que cuando los hombres lograron despojarse de su fiereza originaria, comenzaron a ajustar su vida a nuevas normas y crearon el vocabulario de la poesía; que el mirlo se llamaba antiguamente medula, porque modula su canto; que el átavo es padre del bisabuelo, pero hijo del trítavo, mientras que, aguas abajo, tras el biznieto viene el adnepos y después el trinepos.

Los lomos son denominados lumbi por la lascivia de la libido, ya que en los varones se encuentra en ese lugar la causa del placer sensual, lo mismo que en las mujeres se sitúa en el ombligo.

¡El ombligo! Y nosotros, que si el clítoris y que si el punto G. ¡Siglo VI, cambalache!