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Nieve

21 octubre, 2017 — Deja un comentario

Publicado en Málaga Hoy el viernes 20 de octubre de 2017.

Nieve hostil, los principios de Tolstoi y un poco de Pushkin.

2017_10_20_Nieve

Para quien pueda tener dificultad de lectura con la foto del artículo, aquí va el texto: 

TEXTO SENTIDO

Sanz Irles. Escritor

@SanzIrles 

NIEVE

La tormenta de nieve, de Tolstoi, es una obra corta, temprana y menor en su vasta producción, aunque Turgueniev, un exaltado, la puso por las nubes. Los mayores elogios suelen hacérsele a las descripciones de la tormenta. Sí, el ímpetu descriptivo se percibe enseguida;  la belleza verbal, no; sospecho que en una traducción se pierde parte de esa belleza que muchos buenos lectores rusos le atribuyen. En todo caso, escribir una novela para describir una tormenta se me antoja desmesura.

Unos personajes de distintas clases sociales quedan aprisionados en una gran ventisca. Tolstoi indaga en sus miedos ante los graves peligros que acechan. Los campesinos de Tolstoi son más resignados y dignos que los señores. Los caballos también son resignados y nobles. Brutos. El vendaval peinazota sus crines. Hay cosacos y kalmukos y trineos y campanillas: tilín tilín. La historia empieza cervantinamente: …salí de una estación que no recuerdo ahora cómo se llamaba…

troika

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El asesor

23 agosto, 2017 — Deja un comentario

He leído hace poco en la prensa la historia de un asesor de inversiones de gran éxito que no tiene oficina ni casa y conduce una «tartana». me recordó qui hace tiempo escribí un corto relato. Este:

 

Sanz Irles ©

EL ASESOR

La mañana de septiembre estaba inundada de luz, pero soplaba una brisa helada y cortante. Y pese a ello, a las once ya se había formado la larga y paciente cola de todos los días. Más larga, incluso, que otras veces: como poco habría docena y media de personas.

Para muchas de ellas la espera sería baldía, porque el gurú solo recibía de once y media a dos, y además nunca iba con prisas. Era concienzudo con sus clientes, podría decirse que hasta demasiado, aunque casi todo el mundo apreciaba esta rara cualidad en un mundo cada vez más frenético y hecho de relaciones desconsideradas. Antes de aconsejar dónde y cuánto invertir, se aseguraba de conocer a fondo la situación económica de cada cliente, sus circunstancias personales y familiares, el estado de su patrimonio y el grado de certidumbre de su situación laboral.

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