Artículo publicado en «El Español» el 15 de febrero de 2022. https://www.elespanol.com/opinion/tribunas/20220215/aneantir-houellebecq-gran-novela-pesar-misma/650304967_12.html
¿Litetarura de la desesperación o literatura de la resignación? Aniquilar, la 8ª de Michel Houellebecq, ha resultado ser una gran novela larga, a pesar de ella misma.

Anéantir, la última novela de Michel Houellebecq, salió hace un mes, con la escandalera mediática que acompaña sus libros. La traducción española aún tardará unos meses. Para encontrar gallineros tan alborotados de críticos y lectores, habría que remontarse a Céline. ¡Menudo revuelo!
Anéantir, por supuesto, está siendo ya otro fenomenal fenómeno editorial. Houellebecq se mueve divinamente en esos altercados y follones: le gustan y le multiplican ventas, fama e influencia; él contribuye al guirigay exhibiendo impúdicamente sus habilidades mercadotécnicas en entrevistas donde juega con el contraste entre su escritura vitriólica y sus sucesivas imágenes públicas: antes la de un joven pulcro y modoso, ahora la de un hombre cercano a la vejez, nimbado por un aire enfermizo y frágil, que reflexiona a media voz y con silencios parsimoniosos y teatrales sobre los “grandes temas” que le preocupan. Parecería temerario adscribir esos ronroneos mediáticos a la rudeza de sus novelas. (La imagen que tuvo hace unos años, desharrapada y como sacada de una película de terror, ha sido cuidadosamente marginada hasta nuevo aviso).


Houellebecq tiene la simpática virtud de enojar a los puros, bien porque lo consideran un fascista de mierda, bien porque lo ven como un rojo de ídem; ora por ateo, ora por guerrillero de Cristo Rey.
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