La útima rumba

8 enero, 2015 — Deja un comentario

Caderas que hipnotizaron a nuestros padres. ¡Vaya con Ninón Sevilla!

DESPUÉS DE LA MEDIA RUEDA

Otra vez me sentaré en un antro de barrio pobre. Humo de tabaco, olores de sudor, ron barato, perfumes de mujer y cerveza. Media luz. Risas y susurros voluptuosos, una locomotora en lontananza. Todo en blanco y negro. Me miraré las manos. Yo también estaré en tonos de gris. Repiqueteará el cuero del tambor. Ta ta ta tatá, ta ta ta tatá. Te veré y me guiñarás un ojo. Te levantarás del asiento y bailaré contigo. Te llamaré por tu verdadero nombre de Emelia y me sonreirás, con esa picardía que te hizo famosa.

Me sentiré orgulloso de haber rumbeado con una de las reinas del Cine de Oro mexicano. Ninguno de los dos comentará que dejaste hace unos días la vida, a los 93 años.

«¡Qué lejos estoy de cumplir mis sueños de niñez! ¡Quería ser monja misionera! » Soltarás, entre carcajadas. Tú, una Ochún más carnal…

Ver la entrada original 145 palabras más

No hay comentarios

¡Se el primero en comenzar la conversación!

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s