Publicado en Málaga Hoy el viernes 15 de diciembre de 2017.
Saavedra Fajardo es uno de esos nombres que entrevimos en los lejanos libros de texto. Supimos su nombre y ahora sabemos algo más.
TEXTO SENTIDO
Sanz Irles. Escritor
TINTA
Ya no está la tinta en los tinteros ni estos en los pupitres escolares. Quedose en las tripas de los bolígrafos y en los cartuchos de las impresoras. También, sentimentalmente, en los museos y en la memoria de los muy mayores.
Cualquiera que tenga en casa unos pocos de libros —con ese gracioso partitivo tan sureño—, se sabe culpable de no conocerlos a todos. Yo sabía, como en un sueño, que tenía en mis estantes un libro de Saavedra Fajardo (1584-1648), nombre neblinoso del lejano bachillerato. Fue escritor y diplomático —como Chateaubriand, mutatis mutandis—, participó en cónclaves vaticanos, en las negociaciones de la Paz de Westfalia y bregó con la Francia de Richelieu. Fue un culto hombre de mundo, coetáneo de Cervantes y Góngora.
El libro en cuestión es República literaria, una sátira que pone en solfa la ciencia y el arte de la época, arremete contra la cultura libresca y, entre otras amenidades, nos ofrece curiosos y agudos pasajes críticos:
El Dante, queriendo mostrarse poeta no fue científico, y queriendo mostrarse científico no fue poeta.
Don Luis de Góngora, requiebro de las musas y corifeo de las gracias, gran artífice de la lengua castellana, y quien mejor supo jugar con ella y descubrir los donaires de sus equívocos…