Publicado en Málaga Hoy, el viernes 1 de julio de 2016.
La novelista rusa Marina Palei no tiene miedo de meterse en un ortigal, porque sabe salir. La retórica, la vieja, desprestigiada y casi olvidada retórica, sigue ahí, a disposición de los escritores, tanto si conocen su teoría como si no, y acude en su rescate con sus figuras, sus mecanismos, sus recetas.
Da igual que el escritor no sepa qué figura ha usado, si es una antanagoge, una endíadis o un quiasmo. El buen escritor recurre a sus lecturas y a su oído y da con la clave salvadora.
Aquí, Palei se libra mediante un atroísmo (aunque sea un poco sui generis). La técnica de la escritora nos lleva al arte.
Sigo estos posts, Luis, y a veces me cuesta leer el artículo de tan pequeña que es la letra del periódico. Amplio la vista en la configuración de la pantalla, claro, y ya está. Pero ¿no habría otra manera de…? Seguro que muchos de tus lectores (los que sabemos de configuraciones estamos por encima de esos pequeños obstáculos, por supuesto) te lo agradecerían.
Sigo estos posts, Luis, y a veces me cuesta leer el artículo de tan pequeña que es la letra del periódico. Amplio la vista en la configuración de la pantalla, claro, y ya está. Pero ¿no habría otra manera de…? Seguro que muchos de tus lectores (los que sabemos de configuraciones estamos por encima de esos pequeños obstáculos, por supuesto) te lo agradecerían.
Gracias, Santiago. No sé, tal vez podría poner el texto como si fuera un post, debajo de la reproducción del periódico. Lo miraré.
He seguido tu consejo, gracias.