
Autora: Rebeca García Nieto
Título: Eric
Editorial: Zut
Páginas: 285
La novela Eric, de Rebeca García Nieto (en lo sucesivo RGN), es traicionera.
Disimuladamente, así como con cara de yo-no-fui, caminando con aire despreocupado, silbando por lo bajini una tonadilla pegadiza con las manos cruzadas a la espalda mientras nos distrae con otras cosas, RGN nos conduce a una distopía con la que el lector, incauto, no había contado.

La novela arranca con lo que parece un deseo de fantasía, de un mundo poetizado, ante el espectáculo «algo blasfemo», pero subyugante, de la bóveda celeste que hay en la estación Grand Central Terminal de Nueva York, y lo hace de una manera grata y amable, de la mejor forma que puede hacerlo un escritor: con una prosa solvente, eficaz y bien medida. Poco a poco, sin embargo, empiezan a cernirse tonos sombríos sobre la historia y sobre el lector. La construcción de la distopía novelesca es hábil, subrepticia, lenta, no se ve venir inmediatamente (aunque aletea la sombra de una sospecha) y revela una notable astucia narrativa.
A partir de un cierto momento, que uno no llega a saber del todo cuál es exactamente, nos vemos metidos en lo que podríamos llamar una “novela del desasosiego”.
- Desasosiego es una palabra que ya pertenece por derecho propio a Pessoa, a quien va indisolublemente unida, pero con respecto a la que RGN presenta sólidos argumentos de copropiedad con esta novela.
La desazón a la que me refiero proviene de una tranquila confusión que de pronto nos atenaza. He dicho tranquila, sí, y por eso mismo acentúa lo tenebroso que está silenciosamente al acecho, pues aquí no hay gritos ni gesticulaciones desaforadas. Uno de los ardides utilizados por la autora para conseguir esa tranquila confusión es la promiscuidad de géneros. Géneros literarios, quiero decir; la aclaración es hoy preceptiva.
En Eric hay elementos de novela psicológica, histórica, política, de novela de ideas, todo ello con manifiestos elementos kafkianos, y navega astutamente por todos estos géneros tejiendo a su vez varias subtramas: la cultura, el exilio, la diáspora y la cuestión judía, la naturaleza de la familia, la psicología clínica, los contrastes entre culturas y formas de vida. A veces la novela busca el ensayo (aunque disfrazado o hasta avergonzado) sobre pedagogía y a veces se nos antoja una historia de Nueva York… (¿o es sobre Viena? ¿O sobre las diferencias entre la vieja Europa y la nueva América?).
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