Publicado en Málaga Hoy el viernes 1 de diciembre de 2017.
Muchos años en Holanda y frecuentes estancias en Escandinavia han hecho de mí un intruso tolerado en un mundo norteño que me atrae y me mosquea a partes iguales. A veces uno tiene la impresión de que la poesía puede huir de esos parajes, amenazada por la pasión de la compraventa y el rigor mortis del puritanismo (y exiliarse, como en Holanda, en sus prodigiosos lienzos). Pero es una impresión falsa, que se deshace con unos pocos minutos de observación o de lectura.
Para quien pueda tener dificultad de lectura con la foto del artículo, aquí va el texto:
TEXTO SENTIDO
Sanz Irles. Escritor
HIPERBÓREA
No es cierto que la poesía tema al hielo o que gente en bicicleta,
con pellizas y humeantes pipas entre rojizas barbas,
reniegue de los versos.
Arvo Turtiainen, de Finlandia:
En las noches de enero
crujen los dientes de las estrellas
al morder
el pan del frío.
Sí es cierto que los nórdicos aman más que nosotros la naturaleza
y que sus bosques están más limpios y son más umbríos.
Sentada en la ramita de mi sensatez,
decía Inger Christensen, que a veces salía del bosque
y buscaba el mar:
La bahía obviamente azul.
La victoria absolutamente segura.
Las piedras piedra.
Tú ausente.
Obstinación. Ya Borges, sobre Spinoza:
la piedra eternamente quiere ser piedra…
El danés Ivan Malinowski husmeó el absurdo:
Por todo el mundo hay pequeñas habitaciones
Donde la gente copula, tozudamente
Contra toda razón
Y siguió husmeándolo:
la ficha del guardarropa en el bolsillo del abrigo
el abrigo en el guardarropa
es la situación del mundo
Klaus Rifbjerg no lo ve del todo claro y sospecha
una distopía de género, otra lucha de clases,
donde habrá que emboscarse, jüngerianamente,
y la guerrilla será manual:
Mientras las feministas
se han extinguido de puro éxito
las lesbianas arrancan a mordiscos
la cabeza a los heterosexuales
sólo los onanistas están a salvo
y la uniformidad es completa.
Usa la mano, camarada
es todo lo que tienes.
Muchos de estos poetas del viejo siglo XX,
como buenos nórdicos de esa Europa
de abetos y fiordos y salmones,
son socialdemócratas o más allá: culpan de todo
a la burguesía, hablan de injusticias,
de mundos mejores;
pero Uffe Harder también mira hacia dentro,
a su quehacer de poeta, y escribe:
El texto está inmóvil
soñando bajo un árbol
poco después
desaparece
metiéndose en una ortiga
[…]
hay que descifrarlo.

El danés Poul Borum
Desesperado, Poul Borum escucha admoniciones:
Pasa un tren
suena un silbido
detente detente gritan los árboles
pero no sirve de nada
pasa un tren
muere un sonido
detente grita la vida
nosotros ya estamos lejos
Desde Islandia, de la que sabemos poco,
llega la voz de Jón úr Vör,
—un nombre hirsuto
erizado de tildes, coronado con crema—
que arma metáforas con cañones:
El viejo cañón
en el musgoso fuerte
mira al cielo
con su ojo silencioso,
y un pájaro ha hecho
su primer nido
y eligió para ello el ancho tubo.
Mi valkiria de la guarda, dulce compañía,
me espera con cántaros de leche
y en los labios, gotas de hidromiel;
mientras, entre géiseres,
Matthías Johánnessen escribe:
Ella es un árbol
que se ha soltado
de sus viejas raíces
y flota por la calle
con sus hojas
sobre los hombros […]
Versos desde hiperbórea.
¿Se han olvidado ya de loar el zumo de alambique? ¿O esa es su metaliteratura?