Archivos para 30 November, 1999

La útima rumba

8 enero, 2015 — Deja un comentario

Caderas que hipnotizaron a nuestros padres. ¡Vaya con Ninón Sevilla!

Avatar de ernán dezáDESPUÉS DE LA MEDIA RUEDA

Otra vez me sentaré en un antro de barrio pobre. Humo de tabaco, olores de sudor, ron barato, perfumes de mujer y cerveza. Media luz. Risas y susurros voluptuosos, una locomotora en lontananza. Todo en blanco y negro. Me miraré las manos. Yo también estaré en tonos de gris. Repiqueteará el cuero del tambor. Ta ta ta tatá, ta ta ta tatá. Te veré y me guiñarás un ojo. Te levantarás del asiento y bailaré contigo. Te llamaré por tu verdadero nombre de Emelia y me sonreirás, con esa picardía que te hizo famosa.

Me sentiré orgulloso de haber rumbeado con una de las reinas del Cine de Oro mexicano. Ninguno de los dos comentará que dejaste hace unos días la vida, a los 93 años.

«¡Qué lejos estoy de cumplir mis sueños de niñez! ¡Quería ser monja misionera! » Soltarás, entre carcajadas. Tú, una Ochún más carnal…

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Evocaciones en blanco y negro, o en sepia, todo lo más.

Avatar de ernán dezáDESPUÉS DE LA MEDIA RUEDA

Hotel_nacional_habana

Elías Marquetti estaba casado con Florinda Gómez, una prima hermana de mi padre. Vivían en Santos Suárez, un barrio de L’abana. En mis visitas ponía discos de Frank Sinatra.
—¡Qué sentimiento! No habrá un cantante americano como ese. ¡Jamás!
Según sus hijos yo era el único que soportaba sus conversaciones. Le bastaba escuchar a «la voz» diciendo one for my baby and one more for the long, the long, long… Las memorias llovían, vívidas y poderosas.
—Yo tenía unos dieciocho años, fue después de terminarse la Segunda Guerra Mundial. A mi hermana Bernarda la había traído un hombre a la capital, prometiéndole maravillas. A Cruces estaban llegando habladurías de que la había metido a… tú sabes. Y era verdad. El tipejo no era más que un chulo barato. La explotaba en el barrio de pecadoras de Pajarito. Me habían dicho que hacía la calle en Prado y Neptuno. Y pa’llí…

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Un ave carmelita

27 abril, 2014 — Deja un comentario

Levertov Sands

El traductor Carlos Manzano me santifica el día con un poema que no puedo no compartir aquí. De Denise Levertov, esta maravilla:

 

Concordance

Brown bird, irresolute as a dry

leaf, swerved in flight

just as my thought

changed course, as if I heard

a new motif enter a music I’d not

till then attended to.

(Denise Levertov, Sands of the Well. 1996)

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Sin alharacas

17 junio, 2013 — 2 comentarios

alamosHay que ir siempre con los ojos bien abiertos y no desfallecer en el deseo de la busca, sobre todo cuando se entra en una librería, como hice yo el otro día, y mis ojos y mis dedos, fueron a caer sobre un librito de poesía, y lo abrí al azar, y volví a comprobar que la poesía anida en los lugares más insospechados e improbables. (¿Qué tiene de improbable, dirá alguno, que haya poesía en un libro de poesía? No responderé ahora a esta pregunta).

Ni un paso más sin confesar mi culpa: no había oído hablar nunca de esa escritora, de nombre llano, franco, sin dobleces: Dionisia García. Sí, eso mismo, Dionisia García, natural de Albacete, do las navajas y el azafrán, y el nacimiento del río Mundo y el castillo de Almansa y el penal de Chinchilla y un frío que se muestra inmisericorde.

He aquí un poema tímido, frugal, sin alharacas, de la señá Dionisia, que desde entonces se ha convertido en una buena amiga. Sé su lugar exacto en mis anaqueles y mis dedos la encuentran a veces al pasar:

Como alamo cumplido

La casa esta vacía:

él ya dijo su última palabra.

Calle abajo

el silencio se adensa

y los hombres musitan

una plegaria

apenas perceptible.

Tiemblan las flores

al abrazar el túmulo

que avanza con el sol

de una tarde de julio.

Quema la tierra;

la misma que él amó

durante tantos años,

y a la que regresaba

para caer, al fin,

como álamo cumplido.

La plaza, el altozano,

los balcones abiertos,

ofrecen su mudez en homenaje,

mientras pasa la lenta comitiva.

Dionisia García. «Cordialmente suya». (Ed. Renacimiento).